Las caídas son la principal causa de muerte traumática y discapacidad entre las personas mayores de 75 años.
Cada año cerca de un tercio de los mayores de 65 años que viven en casas particulares sufre alguna caída y el porcentaje se eleva al 50% a los 80 años de edad.
La frecuencia de caídas es la misma entre mujeres y hombres, pero las mujeres sufren más del doble de lesiones graves como consecuencia de su mayor grado de osteoporosis.
La mayoría de las caídas son debidas a factores propios del envejecimiento, como los que atañen a la postura y al caminar. Debido a la disminución de la agudeza visual por cataratas, glaucoma y la disminución de la visión nocturna, los ancianos pierden las referencias visuales que utilizan para moverse
con seguridad.
También contribuye al aumento de las caídas los trastornos de los sistemas nerviosos central y periférico, y los trastornos vasculares. Sin embargo, las variables más importantes que contribuyen a las caídas de los ancianos son las barreras físicas en su entorno habitual, como los suelos resbaladizos, las escaleras, el calzado holgado y la iluminación deficiente.
Las fracturas de huesos largos representan las lesiones más frecuentes; las fracturas de cadera conllevan las tasas de morbimortalidad mas elevadas. La mortalidad tras una fractura de cadera es del 20% 1 año después de la lesión y asciende al 33% a los 2 años. La muerte suele deberse a una embolia pulmonar y a los efectos del descenso de
la movilidad.
Bibiliografia: PHTLS Soporte vital básico y avanzado en el trauma prehospitalario
Imagen: Gtres